miércoles, 19 de septiembre de 2012

Doctor Who: A Town Called Mercy


Esta semana el Doctor y los Pond se dirigían a las playas del sur de España, y mira por dónde acabaron en Almería, en un pueblecito llamado Mercy (Piedad en español). 

Realmente iban a Mexico,  a celebrar la fiesta del Día de los Muertos, pero un desvío de unas 200 millas les han hecho parar en dicho pueblo, dónde, como no, están sucediendo cosas raras: Nadie puede salir del pueblo, ya que un misterioso Pistolero, de aspecto Cyborg, los tiene a todos acongojados.


Previamente el prólogo hemos visto a ese mismo Pistolero persiguiendo a un extraño hombre y borrándole del mapa, mientras pronunciaba una misteriosa frase: “Un Doctor Muerto, queda otro”. 

No debemos esperar mucho para darnos cuenta que ese Doctor al que busca el Cyborg no es nuestro Galifreynanio amigo, sino otro, llamado Kahler-Jex, que acabó dando con sus huesos (y su nave en forma de huevo) en el planeta Tierra, en plena guerra de secesión. Da la casualidad que en Mercy, había una epidemia de cólera que diezmo a la población, así que los doctores (el del prólogo y Jex) aprovecharon la ocasión para ganarse su confianza curándoles de la epidemia. Pero el misterioso Pistolero les siguió la pista y ahora solo le mueve la venganza. 


Los doctores no eran tan buenos como parecían: fueron unos auténticos Mad Doctors en su planeta natal, que en plena guerra, experimentaron con humanos mezclándolos con partes mecánicas para hacer el soldado perfecto, de forma… digamos poco ortodoxa. Una vez que esos “Terminators” fueron conscientes de su condición, persiguieron a sus creadores para matarlos como venganza. 

Los años pasan por nuestro Doctor que lleva demasiado tiempo sin compañeros (recordemos que la frecuencia de las visitas a los Pond parece va siendo cada vez más larga) y se ha vuelto algo arisco: no duda en condenar rápidamente a Jex para que se haga justicia, enfrentándole directamente con su creación. Pero Amy no esta dispuesta a matarle sin darle una oportunidad, y tras amenazar al Doctor con un revolver, el asunto se resuelve con la muerte accidental de Isaac, el Sheriff (Ben Bowder, Farscape). Es entonces cuando nuestro Señor del Tiempo favorito accede a portarse como el hombre justo que siempre ha sido y se convierte en el Sheriff temporal de Mercy.


Kahler-Jex asume de todas formas su culpabilidad en la muerte de Isaac, atormentado por todo el mal que ha hecho. Los habitantes de Mercy trazan un plan: engañaran al Pistolero para permitir que Jex huya en su nave. Pero una vez dentro, en vez de volver al espacio, Jex decide activar la autodestrucción de la nave, poniendo fin a su vida. 

Con el Isaac fallecido, y el Doctor rumbo a su nuevo destino, el misterioso Pistolero, en vez de autodestruirse una vez fracasada su misión, decide que su labor ahora será proteger al pequeño pueblo de Mercy por los siglos de los siglos… 

Susan, el caballo que quería vivir su vida, protagoniza uno de los mejores momentos. 

La verdad que el capítulo de esta semana ha sido brillante, no puedo quejarme. Tras el pequeño traspiés de la semana anterior, A Town Called Mercy tiene de todo: Buenos que no lo son tanto y malos que luego buscan comprensión, un Doctor con más mala leche que nunca sujeto a algún que otro debate moral… ningún secundario sobra (Hola, Indiana) y la ambientación de nuestra Almería convierte el pueblo  Mercy en el autentico oeste americano del Cine. 

Sigue así Who, sigue así...


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