viernes, 24 de junio de 2011

Pimeras Impresiones de Zelda: Ocarina Of Time 3D...

Tras muchos meses de espera, el juego por el que quería la 3DS ya está en mis manos. Para ser exactos, en el ecuador del juego. Antes de nada, tengo que aclarar que nunca he jugado al Ocarina Of Time (tampoco lo he echado de menos) pero vi a amigos jugando con él y he decir que me llamaba la atención, sobre todo su aura de “Mejor juego de la historia” que le envuelve desde que salió. Así que en vez de alabar una y otra vez las virtudes de este título, voy a intentar sacar puntilla a algunas cosas que me han chocado (que no decepcionado) sobre Ocarina Of Time.


Así que, vamos allá. El juego me está gustando y mucho. Gráficamente es una monada, aunque la remasterización se haya limitado a incluir 4 polígonos más que antes, he de decir que eso es lo de menos. La magia de Zelda está en su jugabilidad, mil veces imitada en otros juegos. También esta en sus personajes, en sus lugares casi mágicos... Por lo que he visto hasta el momento, hay montones de tareas opcionales por hacer, y que son muy divertidas. Los diseños, tanto de personajes como de localizaciones, son magistrales (aunque las hadas parecen PUTAS) y la música, aunque 100% clásica, atufa a Midi en ocasiones. Hasta aquí todo es CASÍ bueno. Y digo “casi”, porque la verdad que hay cosas bastante mejorables, que puede que en su momento fueran recibidas con acierto, pero que visto desde ojos actuales dejan mucho que desear, como dije en un principio.



Primero, no me extraña que el juego dure 100 horas, porque eso de que cada vez que apagues la consola o guardes tu partida, empieces desde la aldea de Link me parece un poco excesivo, sobre todo cuando, a lo mejor, tienes que ir al Lago Hyria y te tienes que recorrer todo el mapeado. No es aburrido, ni mucho menos, pero unos puntos de control LOGICOS no hubieran quedado nada mal. Lo segundo que no me ha gustado es el salto automático. El que lo haya inventado debería dar explicaciones serias. Eso de que te acerques a un bordillo y Link salte así porque sí, y te tengas que recorrer media mazmorra para volver a dónde estabas es abusivo, sobre todo si es porque el camino es muy estrecho (que los hay) y sin querer rozas el borde… en ese momento Link pega un bote y se va a dónde le da la gana.


Son puntos que hubiera resuelto de otra forma, pero que pese a todo no empaña un título grandioso. De si es el mejor juego de la historia o no, lo dejaré para cuando lo acabe…



Otra cosa de la que presume Zelda (o la critica) es que se trata de un juego pionero “en la inclusión de un argumento complejo y bla bla bla” (palabras leídas en Hobby Consolas). Los que mencionan esto creo que deberían recordar juegos como Final Fantasy 4, 5, 6 o el propio 7 (por mencionar algún J-RPG conocido por todos), juegos anteriores y con una trama mucho más compleja que este Zelda.


OJO! No digo que la trama sea mala, pero su complejidad no es la prometida, y su argumento es algo manido, incluso para la época en la que se hizo.



La idea de este pequeño avance es sacar en claro tanto las cosas que me han parecido buenas como las mejorables. No por ser de Miyamoto le vamos a tener que chupar las narices cada vez que hace algo, aunque hay que admitir que las sensaciones que transmite este Zelda pocos juegos lo hacen. Es el encanto de todos sus personajes, su jugabilidad (pese a las taras en el control) y el envoltorio general, que hacen que enchufar la 3DS y ponerte a jugar sea un auténtico placer. 


Y al fin y al cabo, es lo que importa, ¿no?

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